Todos conocemos el concepto ‘smartphone’ a grandes rasgos. Es un teléfono que además de «ser teléfono», permite la instalación de programas o aplicaciones (bien sean del fabricante o de terceros) que aumentan la conectividad. Suelen incluir pantallas táctiles y sistemas operativos ampliamente desarrollados.
Esto era desconocido, casi una utopía hace… ¿5 años?
Pues bien, nos presentamos en 2011 y se están comenzando a desarrollar las smart TV.
Con una smart TV los nuevos sistemas permitirán acceder a diferentes contenidos y aplicaciones de una forma sencilla. Se tendrá en la mano (al igual que con el smartphone pero con un mando a distancia) internet, plataformas 2.0, televisión a la carta y contenidos únicos, así como una total interactividad, con correo electrónico, avisos, listas de reproducción, videollamadas, etc.
Con nuevas herramientas como navegadores web para pasearte por la red sin dejar de ver la televisión, sistemas de recomendaciones de contenidos guiadas por las preferencias personales y las recomendaciones de terceras personas, tiendas de aplicaciones, videoclubs online y todo lo que se pueda imaginar. Eso no por hablar de contenidos especiales en HD, 3D, etc.
La unión de TV e Internet ya está llegando y promete ser revolucionaria.